domingo, 9 de diciembre de 2007

[ Eterno presente ]


Que difícil es introducirse en el cerebro de dos viejos dañados por la vida, qué difícil es poder siquiera comprender cómo funciona la mente y el corazón de un par de personas que acarrean profundas heridas. El mismo dolor, las mismas marcas, el mismo veneno, las mismas llagas. Cuán profundamente deteriorada puede estar el alma para vivir en un eterno círculo de daño sin retorno, el eterno presente devastador que castiga todo a su paso, que extirpa ilusiones y esperanzas, treguas y cariños, la estabilidad y la alegría, que no perdona a su paso y que solo anida rencores.

Vorágine vital que solo menoscaba el interior de mi pecho, el interior de sus pechos, el interior de los nuestros.

Corazones ensombrecidos que se alimentan de curiosa suciedad y que raspan hasta la fibra más sensible de su entorno, una bomba de tiempo que siempre está al filo de los segundos esperando estallar y penetrarnos con su viscosa angustia.

No hay perdón, no hay olvido, no hay futuro.

Por mi parte, si hay perdón, si hay olvido, si hay esperanzas y sí quiero un futuro.

martes, 4 de diciembre de 2007

[ Durante la calma ]


Reiteradamente oímos el cliché de que “Después de la tormenta siempre viene la calma”; la gente suele acudir a ese tipo de frases para darse consuelo y ánimo con frecuencia, sin reparar en la infalibilidad de la palabra “siempre”.

Curiosamente, esa frase nunca fue parte de mi vocabulario, porque la verdad es que no creo en frases hechas y manoseadas por la gente; sin embargo, llegó más temprano que tarde el momento en que estas palabras adquirirían sentido en mi cabeza.

Sentada frente a la ventana, durante un par de segundos en que diversos episodios de mi vida desfilan tras mi mirada, el sol ilumina fuertemente cada fibra de mi cuerpo y de mi mente dando el paso así para resumir con la mejor de las sonrisas mi corta y compleja existencia. Frenéticas ganas de gritar, una sonrisa que se dispara sola, impulsos adrenalínicos, ganas de hablar, de querer, de perdonar, de amar… Me pregunté cómo puede uno saber si no padece de depresión, y encontré automáticamente la respuesta; pues estos síntomas de felicidad no afloran en el diagnóstico depresivo. De esta manera las angustias solo se traducen en momentos, imperando el estado vital más común pero menos asociado, la “felicidad”. Felicidad por vivir, por avanzar, por superarse, por crecer, por amar, por ser amado, por buscar el equilibrio, por conciliar, por enmendar, por salir adelante, por planear, por respirar, por soñar, y por mantener as esperanzas.

De pasada leo: “Por qué son tan miedosos?, ¿Todavía no tienen fe?”. Y mi alma despierta a gritos por un Dios que me aviva en todos los sentidos de aquella palabra.

¿“Después de la tormenta siempre viene la calma”?, pues sí, empíricamente es así.

sábado, 1 de diciembre de 2007

[ Diciembre ]


Cada año es diferente; si bien el árbol y la decoración es la misma desde hace un buen par de años, el corazón siempre está dispuesto desde otra perspectiva.

La vida gira demasiado rápido frente a mis ojos, tan rápido que debo intentar adecuarme a ella, avanzar dentro del mismo contexto acumulado durante cada día del año.

Esta vez no estoy exenta de aquel fenómeno, mas los sucesos que dibujaron mi historia anual fueron apilándose de un modo pausado y lánguido. A veces se tornaba intenso y desesperante, mas la lentitud en el paso de los minutos, de las horas y de los días me obligaba a observar cada partícula de vida mutilante o por el contrario, muy alentadora.

Primero de Diciembre, el viento sopla intensamente; las estrellas tienen un fulgor especial, la Luna está resplandeciente, el aire adquiere otro aroma y el corazón está sediento de paz; mis pulmones se llenan de magia espiritual que me motiva una y otra vez a pintar las nubes de tonos verde y amarillo.

Calma, nerviosismo y ansiedad; cada instante pretende quedar clavado en mi memoria con la anhelada particularidad de cada año, de cada fecha, de cada instante. Este es un año diferente, es un año que se saborea, es un año que queda plasmado, es un año lento, es un año veloz, es un año energético, es un año verde, azul y rojo; es un año de búsqueda, de encuentros y de esperanzas.