Cierro la puerta de un solo portazo y me quedo mirando al frente con los ojos clavados en el final del pasaje, el auto comienza a moverse y yo sigo inmutable en el asiento.
Mi papá abre la puerta de mi lado pues está trancada desde dentro, bajo y corro rápidamente bajo la lluvia. Recorremos una y otra vez los pasillos del supermercado, ninguno de los dos tiene bien claro lo que exactamente busca, la mayoría de las veces voy antojada con algo, pero esta vez no necesitaba nada, no tenía hambre, no tenía sed.
Separamos nuestros caminos, yo sabía perfectamente hacia dónde se dirigiría él asique sería fácil de ubicar, mas yo buscaba algo, algo, algo...
La gente que transitaba tomaba con determinación algún producto, o se detenían a decidir en cuánto a qé llevar consigo. Sentía que los ojos me pesaban, sentía una especie de bolsa bajo mis ojos. ¿Lo notaría la gente?.
La niña de la chaqueta color café, aros de argolla y el pelo cuidadosamente tomado, de mejillas y labios rojos, la vista cansada y el ceño fruncido; nadie notaría que el agotamiento me ha pasado la cuenta, pero ¿qué agotamiento?, pues no lo sé, pero así se siente.
2 comentarios:
Me encanta como escribes...creo q te lo he dicho ya varias veces...me agrada q tengas este espacio en donde se puede conocer algo mas de ti q sólo fotos y cosas al aire tal vez...bueno esperare con ansias la proxima entrada...q estes muy bien...besiitos..Chaus!
Lindas Letras, un gusto leer!
Cariños*!
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